domingo, 13 de março de 2011

AMAR, SUFRIR Y PERDONAR TERESA, MI AMOR

Teresa, sus odios y ambiciones, una vida que puede ser la suya. Así rezaba la publicidad de la primera versión de un melodrama que nunca pasará de moda, porque en cualquier lugar siempre habrá una Teresa que odie la mediocre pobreza y maldiga a la miseria.

Y de Teresa, siempre se ha hablado, desde que María Félix debutara en la lista de las trepadoras sociales en “La Mujer sin Alma” (1943), donde engatusa a Fernando Soler para conseguir pieles, dinero, alhajas, poder y un prestigioso sitio en las páginas del jet set. La hembra fatal despiadada paga caro sus fechorías, termina cantando en un cabaret de mala muerte y sin dinero.

Precisamente de la película “La Mujer sin Alma” salió la frase tan popular que a cada rato repetimos, en labios de Fernando Soler de… “A veces me das miedo, Teresa”. La Doña, también tenía mucho de Teresa y trepó, porque a los sentimientos que nos estorban, hay que matarlos.

Esa Teresa de María Félix, llegó con ciertos cambios a las radionovelas con la pluma de la trágica escritora Mimi Bechelanni y, se tituló “Amargo Destino” (1952), donde Teresa odia el patio de vecindad y, cambia al novio pobre por unas pieles.

Mimí Bechelanni sufrió el veto de la XEW por no someterse a las reglas institucionales, vivió pobrezas, persecuciones. Si conseguía algún trabajo, los poderosos que la odiaban, mandaban a ponerla de “patitas” en la calle. La autora de “Teresa” terminó ciega y en la soledad.

“Teresa!, el ángel de la traición, llegó a las telenovelas en sus orígenes, en 1958, cuando se realizaban episodios en vivo. A Teresa la interpretó una magnífica actriz y se adueñó del personaje para siempre, porque tenía mucho de Teresa, Maricruz Oliver: vanidosa, encantadora, calculadora, egoísta, soñadora y hermosa.

“Teresa”, llega al cine Alameda de la ciudad de México en 1961 y, con su estrella telenovelera, Maricruz Olivier, realizando la mejor creación de toda su carrera e inmortalizando el mito, ya que el cine es para siempre. En la premier, los tumultos y la muchedumbre quería ver de cerca a Maricruz Olivier, que venía en un lujoso auto convertible. El público la ovacionó.

Luego vino “El Cuarto Mandamiento” (1967) con Lupita Lara, en un patio de vecindad de cartón, sin el impacto de Maricruz Olivier y, con más pena que gloria y, despreciando el título de “Teresa”

Muchísimos años después, Rocío Banquells iba a ser “Teresa”, pero un novata le arrebató el papel, Salma Hayek y, utilizando su amor con regio ejecutivo televisivo, protagonizó a Teresa (1989), sin gran experiencia, muy nerviosa.

Cuando Salma Hayek notó que sería odiada por todo el mundo, ordenó cambiar toda la historia, suavizar las perversiones y, destruir a “Teresa”, a favor de un beso tierno. Haciendo a un lado los malos efectos del triunfo femenino.

También Salma Hayek tiene mucho de Teresa, nada más veamos todo lo que ha trepado, inteligentemente, hasta convertirse en una dama de la elegancia mundial.

La última Teresa (2010), empezó respetando el original un poco, pero como ahora las telenovelas son muy largas hay que cargarlas de muchísimos personajes y situaciones que nunca existieron y, asistimos a una entretenida Teresa, sin alejarse de la propuesta original.

La guapota y talentosa, Angelique Boyer, construyó su propio mito de las “trepadoras sociales”. Gracias a su encantamiento ahora todo el mundo habla de Teresa, una despiadada, tremenda y no es villana, simplemente defiende lo suyo, porque… ¡Qué horrible es la pobreza!

Angelique Boyer sorprendió capítulo por capítulo, cada vez mejor, entregada, cumplidora y profesional con sus gestos y actitudes, trabajando su personaje para que las nuevas generaciones sepan quién es Teresa, la que desea una camioneta, casa con alberca, viajes por todo el mundo y… ¡Fuchi a los cuartuchos de la vecindad!

Angelique Boyer en cada momento se lució pero, donde estuvo fenomenal fue cuando enfrentó a su noble padre, otro magnífico actor, Juan Carlos Colombo.

Ambos se “cantaron el precio”. En plena discusión por sus cuzquerías, al padre le dio un infarto y se le murió, entre sus brazos, a la hija ordinaria, causándole heridas en el alma, remordimientos para toda la vida. Nos hicieron llorar tanto que, tomé el teléfono y le hablé a la nueva escritora de “Teresa”, mi amiga Ximena Suárez para decirle que es una fregona, que ese recurso dramático es insuperable e impactante. Ximena Suárez también lloraba en ese momento… ¡Qué bonito es cuando se ve una telenovela bien escrita y actuada como “Teresa”!

Teresa, siempre existirá, porque cualquier mujer bonita y pobre, hará lo que sea por salir del fango, utilizando las intrigas y sus encantos y, para eso está el Manual de las Perversiones de toda trepadora, “Teresa”.

Fuente: El Mundo de Poza Rica

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